7 oct 2009

EL CASTELLANO

En este mes de octubre del año de 1890 se imprimió en Medina del Campo un periódico semanal titulado El Castellano que salía los domingos y el Número I fue el del Domingo día 19. Entre la larga lista de colaboradores sólo figuran dos mujeres: Doña Emilia Pardo Bazán y Doña Magdalena de Monteblanco. El periódico fue denunciado dos veces, concretamente los números 25 y 71 y ambas veces fue absuelto. En la lista de los 10 “Artículos Notables” publicados en él, uno se titula Don Álvaro de Bazán, que supongo que sería de Doña Emilia Pardo Bazán, que compartía su linaje con el ilustre Almirante y Marqués de Santa Cruz al que sustituiría al frente de la Armada invencible Don Alonso Pérez de Guzmán, el yerno de la Princesa de Éboli. Curiosamente, tres de esos artículos notables están dedicados a Colón con los siguientes títulos:
“Al inmortal Colón”.
“ ¡Tierra! A Cristóbal Colón”
“Cristóbal Colón en Salamanca”
Y otro titulado “Santa María la Gallega”, que supongo que se refiera a la nao Santa María, antes llamada la Gallega, de la que en Andalucía se ignoraba todo y se tenía por propiedad del santoñés Juan de la Cosa, que trabajaba en Andalucía para el Duque de Medinaceli. Yo acostumbro a creer a la gente, quizás mal hecho (eres demasiado crédula me han dicho muchas veces en esta vida) y cuando leía a Colón que él había puesto todo en el viaje de 1492, salvo un cuento de maravedíes que aportó la casa real, le creí; y hasta le entendía que considerase las Indias como cosa suya ante tantas burlas, descalificaciones de los científicos, etc. que tuvo que soportar antes de hacer realidad su empresa, y por esto cuando leía después en las Probanzas de los servicios de Juan Niño que un nieto de éste decía que una de las tres naves era de Cristóbal Colón, le creí también, y pensé que aquella nao se la pudo vender un Velasco, puesto que procedía de los astilleros del Cantábrico y su hijo Fernando nos habla de un Velasco gallego, linaje tan vinculado a la marina y a Laredo como el de Escalante, que tuvo astilleros propios en Colindres, donde se hacían barcos para la armada real y muchos con la madera de los robles de los montes de Ucieda, que fueron de los mayores productores de la provincia de esta clase de árboles. Y como estos montes están fronteros del Valle de Buelna, y mi padre iba mucho por ellos y por el Pico Mozagro, es por lo que estos nombres fueron de los primeros que oí en mi infancia y me son tan familiares. Hoy lo de Mozagro me suena como los Montes Zagros (Sacros, hijos de Zeus) de la cordillera asiática, al norte de Persia. Y además se daba la casualidad de que Juan de la Cosa era de Santoña, antiguo solar de los Velasco, y que tenía propiedades en Santoña linderas de Doña Elvira de Haro y Santiago. Se dice que los apellidos Santiago y Pelegrín o Pelegrino son originarios de Galicia y que se asentaron en la Montaña cuando se hacía por mar el Camino de Santiago en navegaciones de cabotaje.Así que quizás en esos artículos de El Castellano podría encontrarse algún dato interesante y tendré que ir a las hemerotecas de Medina del Campo.
Cuando estuve en Madrigal y Medina del Campo, las villas en las que nació y murió la Reina Católica, separadas por pocos kilómetros, aunque la primera pertenezca a la provincia de Ávila y la segunda a la de Valladolid, fui por el tema de Gabriel de Espinosa, el falso rey Don Sebastián de Portugal, y recuerdo que le dije a Firmo Zurdo: “Yo creo que a lo mejor Antonio Pérez, aunque naciese en Madrid, pudo ser empadronado en alguna de estas villas”. Quizás porque había leído a Don Gregorio Marañón que a Gonzalo Pérez le dejaban en Medina regalos que le traían mercaderes extranjeros que venían a sus ferias y por la amistad que tenía con don Juan Álamos, hidalgo de Medina y padre de Baltasar Álamos de Barrientos, linaje que tan familiar le era a Sancho y que tanto a éste como al Bachiller Sansón Carrasco y al primo le eran también familiares las imprentas. Y como el nombre de otro Antonio Pérez le encontramos junto al de Cristóbal Laso Vaca, hoy es el día que no he renunciado a esta hipótesis. Incluso he llegado a pensar que al Bachiller Carrasco se le llama Sansón por la vinculación de este nombre con los principios de la imprenta como vamos a ver.

A Gonzalo Pérez se le menciona en la Imprenta de Medina al mismo tiempo que a Antonio de Obregón. A propósito de una nueva traducción y edición de los Triunfos de Petrarca, dice Hernando de Hoces, criado del Duque de Medinaceli, en la Dedicatoria a éste de la obra: "Después que Garcilaso de la Vega y Juan Boscán truxeron a nuestra lengua la medida del verso Toscano, han perdido con muchos tanto crédito las cosas hechas, o traducidas en cualquier género de verso de los que antes en España se usaban, que ya casi ninguno las quiere ver (...) Y como una de ellas, y aun a mi parecer de las mejores, fuesse la Traducción de los Triunfos de Petrarca, hecha por Antonio de Obregón; porque algunos amigos míos que no entendían el Toscano, no dejasen por esta causa de ver una cosa de tanto valor, como los dichos Triunfos son, en algunos ratos del verano passado, que para ello tuve desocupado, hice otra nueva traducción en la misma medida y número de versos que el Toscano tiene (...) que al pie de la letra se imite también en esto la manera del verso italiano, como en todas las otras cosas: puesto caso que no es justo que ninguno condene malo aquello que Don Diego de Mendoza, y el secretario Gonçalo Pérez, y don Juan Coloma, y García Lasso de la Vega, y Juan Boscán, y otras muchas personas doctas tienen aprobado por bueno”, etc. (impreso en Medina del Campo en 1554 en casa de Guillermo de Millis, detrás de San Antolín).

Así que el criado del Duque de Medinaceli tenía a Gonzalo Pérez por conocedor del toscano y pensaba de las traducciones como Don Quijote cuando habla del Orlando de Ariosto que tradujo del toscano al castellano el aragonés Jiménez de Urrea, a quien en 1555 este mismo Millis le imprimía en Medina: “Discursos de la vida humana, y aventuras del Caballero determinado, traducido de Francés por don Ieronymo de Urrea”.

En cuanto al nombre de Antonio Pérez, nos encontramos a un cerero y a un fraile benito llamados así. En el Protocolo de Pedro Rodríguez, año 1605, se encuentra un Poder de Antonio Pérez, cerero de Medina del Campo, a Cristóbal Laso Vaca, impresor de libros, para que se pueda obligar como fiador de lo que importen 400 resmas de papel de imprimir, que habrá de comprar para Francisco García, impresor, y para el dicho Lasso, 28 de febrero de 1605, que es el año en que dejó de imprimir allí y se publicó el Quijote.
En otro documento consta la “Obligación de Cristóbal Lasso Vaca, impresor de libros, vecino de Medina del Campo, por sí y en nombre de Francisco García y Antonio Pérez, de pagar a Jerónimo y Francisco Lorente, milaneses, residentes en la corte, 4.896 reales, precio de 408 resmas de papel de imprimir a 12 reales, y que pagará en Valladolid, la mitad para el mes de Mayo, y la otra mitad para el fin del mes de Agosto de este presente año. Valladolid y Marzo de 1605”.
(Madrid, Protocolo de Juan Calvo, 1605, fol. 310)
El precio de la resma de papel de Génova estaba entonces entre 12 y 17 reales. Fray Prudencio de Sandoval, abad del monasterio de San Isidro, junto a Dueñas, cronista de S.M., pedía a Martín de Córdoba, librero de Valladolid, que la impresión de la “Historia del Emperador Carlos V” fuese en “papel de Génova, o de Francia, contrahecho al de Génova.” (Madrid, Protocolo de Antonio de Lacalle, 1604, fol. 26).
Recuérdese que Montalvo era de Medina del Campo y que sus hijos se apellidaban Vaca, es decir, que este Cristóbal Laso Vaca podría ser nieto del autor del Amadís de Gaula, al igual que Montalvo estar emparentado con los Álamos de Barrientos, pues un hermano de Don Baltasar usaba el apellido Montalvo.
Yo no sé si el mencionado Obregón era familiar del Juan de Obregón que escribía a Martín de Quijano, pero curiosamente éste le habla de libros en las cartas (que en el próximo correo le mandaría los libros que le había pedido, que le había traído de Italia de parte de su tío (¿Juan de Alarcón?) uno titulado “Ragión di Estato”, etc). Por otra parte, Obregón es linaje montañés, un Obregón era lindero de una casa de Gonzalo Pérez en Madrid, Fernando Colón compró libros en Medina del Campo, etc.

Dado que en Medina había otros Antonio Pérez más o menos de la edad del secretario y como Sancho le dice al Bachiller Sansón Carrasco lo del “desagradecimiento con alguno” (cap.II, III) y éste parece hijo de una Bustamante, es por lo que pensaba que podría haberse empadronado en Medina sin mayores problemas por lo común de su nombre y saber también de imprentas como el Bachiller Sansón Carrasco y como este otro Sansón de los primeros momentos de la imprenta:
"fue año de Mil y Quatrocientos y cinquenta y ocho un hombre llamado Conrado Alemán, comenzó en Italia esta arte. Rafael Volaterrano dice que fueron dos hermanos, y que en los años M.CCCC.lxv (1465) comenzaron a imprimir y que las primeras obras que salieron fueron, los libros de la Ciudad de Dios de S. Agustín, y las divinas Instituciones de Lactancio Firmiano. Baptista Egnatio parece que después de estos primeros fue en Italia Nicolao Sansón, y que de allí se extendió en toda Italia y en Flandes.
A nuestra España algo más tarde vino esta arte, por no haber tanto exercicio de letras como después hubo; pero venida fue bien tratada, principalmente del Cardenal F. Francisco Ximenez (Cisneros)", dice Fray Jerónimo Román en su obra, editada en Medina del Campo en 1575 por Francisco del Canto y titulada: "Repúblicas del Mundo divididas en XXVII libros. Ordenadas por Hieronymo Roman, frayle profeso y Cronista de la orden de S. Agustín, Natural de la ciudad de Logroño. Dirigidas a la S. C. R. M. del Rey Don Philippe, Rey de las Españas, nuestro Señor. Lo que en esta Primera Parte se contiene, a la buelta desta hoja se verá".
En la obra da noticias curiosas sobre las bibliotecas más importantes que se han conocido y cita la de Don Fernando Colón Enríquez así:
"No podemos negar que en España no hay una librería famosa que es la que parece oy en la sancta yglesia de Sevilla, porque tiene veynte mil volúmines. Esta fue ayuntada por diligencia y industria de don Fernando Colón, hijo de aquel Christobal Colón hallador y descubridor de un nuevo mundo, que fue el de nuestras Indias Occidentales. Éste no pudo perfeccionarla porque vivió poco, empero sabemos que la diligencia suya fue grande, por quanto por su persona anduvo diversas partes del mundo buscando libros, y ya que no pudo dar fin a cosa que tanto iva, dexó renta señalada para que se conservassen y fuessen bien tratados los libros de ella".
En muchos de los libros impresos en Medina del Campo leemos: "por cuenta de Juan de Espinosa", y así por ejemplo leemos: "Coplas de Mingo Revulgo glosadas por Hernando del Pulgar", editado en 1542, por Pedro de Castro, a costa de Juan de Espinosa", obra citada, como saben, en el prólogo de la segunda parte del Quijote. Lo más curioso que encontramos en la obra de Pérez Pastor es la historia que cuenta Francisco López, hermano de Juan de Escobedo, homónimo del criado de Ruy Gómez de Silva y después secretario de Don Juan de Austria.
En la cláusula referente a Francisco López, el mozo, dice así en extracto:
"Crié en mi casa un niño llamado Francisco, hijo de Isabel Fuentes, muger de Antonio de Sigüenza, el cual tuvo mi madre criándole por caridad. A los 7 años de edad por abril de 1552 le trajo Juan de Escobedo a mi casa donde aprendió a leer y escribir. Por el año de 156o, que estuvimos en Toledo, ya le consideraba la gente como si fuera hijo mío "salvo yo que sabía realmente que no era ni quiero declarar cuyo me dixo su madre que era al tiempo que por amor de Dios me dixo que lo hiciera criar por estar en el paso que estoy". Desde el 1º de Junio de 1561 que puse tienda en esta villa de Madrid en casa de mi señora (Francisca de Ávila) hasta 8 de Septiembre de 1568, que se fue, sirvió siete años y 3 meses. En este tiempo gastó mucho porque él estaba en la tienda y yo no podía bajar por la gota, y compró unas casas cerca de S. Jerónimo so color de Antonio de Sigüenza, marido de su madre, y las vendió después a Gómez Guerrero mi yerno por 200 ducados, estando presos por ladrones el dicho Antonio de Sigüenza e Isabel de Fuentes su madre, un mulato y otros cinco, que en la revista fueron condenados a destierro del reino, en cuyo proceso gastó Francisco López más de 300 ducados con los presos, más otros dineros que envió a Sevilla además de los libros que llevó a esconder estando ya preso, cuando nos cerraron las tiendas, y nunca me los trajo, y valían más de 700 ducados, con los cuales él puso tienda".
Así que no sabemos quién fue el padre de este Francisco López que les trajo un día a casa este librero llamado Juan de Escobedo, que murió en agosto de 1577, es decir, unos meses antes de que matasen en Madrid al secretario montañés de su mismo nombre. Este Juan de Escobedo se casó con Catalina Álvarez, a la que acusó de adulterio, pero sin llegar a matarla como el Conde de Ribargoza a su esposa Luisa Pacheco por los amores de ésta con el toledano Pedro de Silva. ¿Conoció su historia el autor del Quijote?
Antes de recordar lo que dice don Quijote sobre la mujer y el matrimonio cuando las bodas de Camacho, vamos a recordar algo de la biografía de este Juan de Escobedo. Pérez Pastor dice: "Nació y se educó en Talavera de la Reina (Toledo), de donde salió para dedicarse al comercio de librero. Como librero andante en Corte, estuvo en Madrid, Toledo y Valladolid, hasta que fijó definitivamente su residencia en Madrid. cuando la corte se trasladó a esta villa.
Durante este tiempo debió entrar en relaciones con los escribanos de Cámara, que le cedieron las licencias para imprimir varios capítulos de Cortes, pragmáticas, etc., que salieron a la luz a expensas de Juan de Escobedo.
En su casa trabajaron, entre otros, su hermano Francisco López, el viejo, librero de Madrid, y Juan Ximénez del Río, librero de Valladolid, que después pasó al Perú.
Consiguió con su trabajo una regular fortuna, que no le acompañó en el hogar doméstico, pues en 1562 vióse obligado a promover contra su mujer, Catalina Álvarez, proceso de adulterio. Testó en 1576 y por segunda vez en 1577, mandando ser enterrado en la iglesia de San Miguel de Madrid; dejó por heredero universal a su hermano Francisco López, al cual encargó que entregara a Catalina Álvarez los 400 o 500 ducados que llevó al matrimonio, y entre otros legados, mandó que del remanente de sus bienes se sacaran 400 ducados para casar cuatro doncellas virtuosas de la parroquia de San Miguel.
Murió en la noche del 7 de Agosto de 1577" (la noche del mismo día en que testó). Y el Orlando de Ariosto que tenía Don Quijote entre sus libros es precisamente uno de los que se imprimieron en Medina del Campo en 1572 a costa de este Juan de Escobedo que se llamaba como el pariente de Juan de Bustamante (de Campuzano) y del hijo del Señor del solar de Quijas. La edición dice así:
"Ludovico Ariosto.
Orlado furioso de M. Lvdovico Ariosto.Traducido en romance castellano por Don Hieronymo de Urrea. Con nuevos Argumentos, y Alegorías en cada uno de los Cantos, muy útiles con su tabla alphabética muy compendiosa. En Medina del Campo impresso, Por Francisco del Canto. Con licencia real. A costa de Iuan de Escobedo mercader de Libros. Año 1572".
Está todo este poema traducido en octavas reales, y a la cabeza de cada canto la alegoría y argumento en prosa. Como recordarán, el Barbero le dice al Cura que tenía esta obra en italiano y que no la entendía, contestándole entonces el Cura que mejor así ("Ni aun fuera bien que vos lo entendiérades", le dice exactamente). Desconozco si este Juan de Escobedo estaba emparentado con García de Zevallos, yerno de Don Francisco de Sosa, escritor y médico de Medina del Campo, familiar del albacea del banquero Simón Ruiz (el agustino portugués Fray Antonio de Sosa que iba diciendo por Medina del Campo que no estaba claro que el rey don Sebastián de Portugal hubiese muerto en África, es decir, que estaba como fray Diego de Zúñiga (hijo del embajador en Francia) a favor de la causa del toledano Gabriel de Espinosa). Y a un Gabriel de Espinosa -otro o el mismo que se casó en Toledo con María Bustamante Rivadeneira- nos encontramos en la obra de Juan Sedeño. Como decía, no si este Juan de Escobedo librero estaba emparentado con García de Ceballos, pero me parece mucha casualidad que el suegro de éste (Francisco de Sosa) recurra precisamente al portugués Ruy Gómez de Silva para poder editar sus libros, como veremos más adelante.
La obra de Juan Sedeño (Summa de Varones Illustres: en la qual se contienen muchos dichos, sentencias y grandes hazañas y cosas memorables de Dozientos y veynte y quatro famosos. Ansí Emperadores, como Reyes, y Capitanes, que ha avido de todas las naciones, desde el principio del mundo hasta quasi en nuestros tiempos por orden ddel A.B.C., y las fundaciones de muchos Reynos, y Provincias). Dirigida al muy alto y poderoso don Philippe ntro. señor, Príncipe de España. La qual recopiló Johan Sedeño, vezino de la villa de Arévalo. Año de 1551. Fue impressa en la muy noble villa de Medina del Campo por Diego Fernández de Córdoba, a costa de Johan despinosa, a tres días del mes de Henero del año de mill y quinientos y cinquenta y un Año.
Es el mismo Juan de Espinosa que editaba a su costa las Coplas de Mingo Revulgo y de otras obras que tenía Don Quijote. Al autor se le concede privilegio de diez años para la impresión de la obra en Madrid el 18 de junio de 1546. Se tasa el libro en 12 reales y medio: Valladolid, 3 de Diciembre de 1550. Lleva un Prólogo del autor (dedicatoria) y una Epístola prefatoria al lector. Y esto en latín: "Joannes Sedenius Gabrieli a Toro medicinae professori. Gabriel a Toro medicinae professoris Decastichon, totius operis argumentum complectens, ad lectorem". Así que este Fray Juan Sedeño era familia del Cardenal Don Diego de Espinosa Arévalo y Sedeño (1502-1572, Presidente del Consejo de Castilla y del de Italia, Inquisidor general, natural de Martín Muñoz de las Posadas, partido judicial de Santa María de Nieva (Segovia), pero muy cerca de Espinosa de los Caballeros, del partido judicial de Arévalo (Ávila). Recién nombrado Presidente del Consejo de Castilla y cuando preparaba en Segovia su traslado a la Corte, se cuenta que "aviando su recámara dijo un criado que los libros se podían quedar, pues las muchas ocupaciones estorbarían poderlos estudiar, ni aun ver y respondió (el cardenal) con presteza y enfado: 'No quiera Dios que yo deje compañia de tantos años y que tanta honra me ha hecho'". Así que era también amante de los libros como el mencionado librero Juan de Espinosa. El falso rey don Sebastián de Portugal ejecutado en Madrigal/Ávila -Gabriel de Espinosa- estuvo en Toro, sabía mucha medicina, y le llevaban la comida a la cárcel de Medina del Campo de casa del banquero Simón Ruiz en servicios de plata y creo que era porque les unía parentesco, dados los apellidos de las dos esposas del banquero y la presencia de los mismos en la familia del mencionado Don Francisco de Sosa, el suegro de García de Ceballos, que se dirigía al portugués Príncipe de Éboli buscando poder publicar sus libros, y que comparte el apellido Sosa con el agustino Fray Antonio de Sosa a quien el banquero en el testamento hace encomiendas sobre el hospital que fundó.
María Bustamante Rivadneira se casó con Gabriel de Espinosa, y Diego de Espinosa Arévalo y Sedeño, sobrino del Cardenal, se casó con Graciana de Rivadeneira y fueron padres de Diego Espinosa Rivadeneira, que nació en Valladolid y se casó Inés de Paredes, natural de Trujillo, y a Gabriel de Espinosa cuando le detuvieron en Valladolid se dirigía a Roncesvalles donde le esperaba un Paredes de Trujillo (Cáceres). María de Bustamante era hija del segundo matrimonio de Alonso de Bustamante con Inés Rivadeneira. La mujer de Jerónimo Alemán era Bustamante Salazar, hija del primer matrimonio de Alonso de Bustamante con Catalina de Salazar. Y la mencionada Graciana Rivadeneira, mujer de Diego de Espinosa, nació en Méjico, donde se iría Mateo Alemán con fray García Guerra y que se había casado con una Catalina de Espinosa. Tristán Niño, hijo natural de Don Juan Niño Portugal, para quien el Conde de Buelna pedía el cargo de Merino de Valladolid, se casó con Inés Sosa, cuyo nombre hallamos también en la imprenta de Medina, y que eran de la generación del criado de su abuelo Pero Niño y testigo testamentario de su abuela Doña Beatriz de Portugal llamado Juan de Espìnosa, como se llamará después otro criado y testigo testamentario de Colón en Valladolid. Es decir, que creemos que Colón no mintió a su amigo Andrés Bernáldez cuando le dijo que había comerciado con libros de estampa.
Juan Montalvo, natural de Arévalo, se casó con María de Espinosa y fueron padres de Jerónimo Montalvo Espinosa, del Consejo de su Majestad. Esta María de Espinosa era hermana de Diego de Espinosa "el Viejo", padre del Cardenal Espinosa, y por tanto tía de éste y los Montalvo Espinosa primos. No sé si este Montalvo estaba emparentado con el autor del Amadís de Gaula. Ni si la Calderón amante de Mateo Alemán tenía algún parentesco con el matrimonio de Gonzalo Calderón y Ambrosia de Espinosa, natural de la Puebla de Montalbán. Inés de Sosa es citada sin fecha, con cifra del impresor Mateo del Canto así:
"Alegación De don Gonçalo Vázquez de Coronado con doña Ynés de Sosa, y don Juan de Guzmán su hijo". En esta alegación se defiende el mejor derecho de D. Gonzalo Vázquez de Coronado a la sucesión del mayorazgo ue fundó Lope de Sosa, difunto. Y a Ruy Gómez de Silva, el príncipe de Éboli así:
"Nicolás Antonio, que al tratar de la Antoniana Margarita cita el Endecálogo como de autor anónimo, dice, en el artículo correspondiente, que el Dr. Francisco de Sosa, médico de Medina del Campo, ofreció al Príncipe de Éboli, Ruy Gómez de Silva, para que éste lo presentara a Felipe II un libro manuscrito intitulado Del Arte como se ha de pelear contra los Turcos; y como defendiéndose dellos se ha de rematar su potencia.
Añade que en esta obra hace constar que la terminó en Medina el año 1549, y que tenía también concluido otro trabajo, cuyo título era: "De las ilustres Mujeres que en el mundo ha habido."
Las repetidas alusiones que en el Endecálogo se hacen a españoles que pelearon en Italia y en África, las relaciones de estas campañas llenas de detalles propios de un testigo ocular, y el escribir un médico, nos afirma en la opinión de que nuestro autor debió en su juventud servir en aquellos ejércitos, que hicieron reverdecer los laureles de las armas españolas.
Por esta razón, decidido el Dr. Sosa a escribir algo contra la Antoniana Margarita, y no siendo filósofo, sino satírico, compuso este diálogo burlesco, en el cual, a falta de razones filosóficas, hizo uso de la sátira, y no dándole esta materia bastante para un pequeño volumen, acudió a sus recuerdos militares, intercalando varias digresiones, muy curiosas por lo que tengan de autobiográficas y por la luz que dan sobre algunos hechos de aquella campañas, pero nada pertinentes en una obra de polémica filosófica".
Hay varios documentos sobre la familia de este doctor y por ellos sabemos que su mujer se llamaba María del Río y que
Don Francisco de Robles. quien compró los derechos para publicar El Quijote, entregó el manuscrito a Juan de la Cuesta, quien compuso la obra y tiró la primera impresion de la misma entre septiembre y diciembre. Cuando salió la primera edición, Robles intentó obtener permiso para publicarla en Aragón y Portugal, pero cuando lo consiguió ya se habían hecho ediciones piratas en Valencia y Lisboa. Francisco de Robles nació en Mdrid en 1564 y murió en 1623. Era hijo del librero Blas de Robles, que fue le editor de la Galatea en 1585, y a éste librero le encontramos en el testamento del librero Juan de Escobedo por padre de María Paz de Robles, pues le deja a ésta 50 ducados para su casamiento, al tiempo que encarga a su hermano Francisco López, como ya dije, que del remanente de sus bienes se saquen 400 ó 500 ducados para casar a cuatro doncellas virtuosas elegidas por él, Toribio Ruiz y el Cura de la parroquia de San Miguel.
En el testamento de Francisco López, el viejo, que murió el 24 de mayo de 1579, dice: "Bartolomé de Robles, mi consuegro, me debe 4.000 reales. Perdóneselos por el amor que he tenido a Blas de Robles" y le deja 150 ducados a María Paz de Robles y a María de Ávila y a su hermana Juliana López 200 ducados a cada una. Manda ser enterrado como su hermano Juan de Escobedo en la parroquia de San Miguel de Madrid y recuerda que fue bautizado en Talavera de la Reina (Toledo).Tiene por albaceas testamentarios a su mujer y a sus yernos Blas de Robles y Gómez Guerrero (éste casado con su hija Juliana López). A Francisco de Robles le encontramos junto a Francisco López en varios documentos. y así, por ejemplo, los dos son testigos de la carta de pago y finiquito entre Juan Montoya, mercader de libros de Madrid y Martín de Córdoba, librero de Valladolid, en Madrid el 3 de Diciembre de 1598 (Protocolo de Juan Calvo, 1598, fol. 629). El 23 de de Marzo de (Protocolo de Juan de Obregón, 1601, fol. 138) en la obligación de Antonio Cuello, librero de Valladolid, estante entonces en Madrid, de pagar al Licenciado Pedro Várez de Castro 140 reales para el día de S. Juan por varios libros que le ha comprado. Encontramos a Francisco de Robles también en un Poder por sí y en nombre de los herederos de Francisca de Ávila para cobrar del Ayuntamineto de Madrid 82.920 mrs. de la renta de los años 1602, 1603 y tercio 1º de 1604, de los 35.536 mrs. que dicha Francisca de Ávila tenía y dejó de censo y tributo anual, situados sobre el pan del Pósito de dicha villa. Valladolid 16 de junio de 1604 (Madrid, Protocolo de Juan Calco, 1604, fol. 1.054), pero no le encuentro comprándole el manuscrito del Quijote a Miguel de Cervantes. No sé si porque no existe tal documento o porque Pérez Pastor no le incluyó su obra (Imprenta de Medina).
El Bachiller Carrasco da noticia a Sancho de la publicación de la historia de Don Quijote y le dice a éste que se habían impreso muchos libros en Valencia y Portugal, donde se le adelantaron a Francisco de Robles.

2 comentarios:

Ángel dijo...

Soy Ángel Luis Portillo (Madrigal de las Altas Torres), busco como ponerme en contacto contigo (alportillo@terra.es)

Rosa Ruiz dijo...

No sé si le vale con lo que le contesté en la entrada "El Hidalgo tenía un linaje montañés". Ya sabe que Rey de Artieda le dedicó los mencionados versos a un CARDONA, linaje del Almirante de Aragón con el que vinculó una nieta de Colón y en los que éste, al príncipe Don Carlos, etc. son citados,y, por otra parte, que Don Antonio de Portugal tuvo unos cuantos hijos pese a su condición de religioso y Prior de Crato.