18 sept 2009

LA CRÍTICA

Este libro es un desastre y todo lo contrario de lo que debe ser un libro, por asistemático, reiterativo. etc., pero tiene una cosa buena: que me obliga a escribir otro como Dios manda: sin dispersiones ni digresiones, olvidándome de Gonzalo Pérez, Gabriel de Espinosa y demás asuntos que subyacen en El Quijote, ciñéndome exclusivamente al tema de Colón y comenzando con una descripción, aunque sea breve, del Valle de Buelna: situación geográfica, vinculación de los primeros condes de Castilla con él, y de éstos con los señores de Vizcaya, dejando muy claro desde el principio que lo que nos interesa del Valle de Buelna para el tema de Colón es que los nombres de Lobado y Lobera o Lombera de sus poblados vienen de lobo y que la Condesa Lobuna es un personaje del Quijote que es llamado así porque en su condado se criaban muchos lobos (cap.II, XXXVIII) y precisamente este personaje se transmuta en otros como Dorotea o la princesa Micomicona que entiendo que nos remiten a Colón. así como el apellido Quijano de Don Quijote nos remite a este Valle de Buelna por ser el solar más conocido de este linaje, que es a su vez el Condado de Pero Niño. Un gran marino como lo fueron después los Niño que acompañaron a Colón en el viaje de 1492 y que comenzaba su carrera por aquellos años que unos corsarios mataron a lanzazos a Diego de Rojas un sábado por la tarde en Burgos, sede del Almirantazgo de Castilla, cuando venía de cazar. Y como al comienzo del Quijote se habla de "duelos y quebrantos los sábados", nos preguntamos si con ello se nos está retrotrayendo a aquellos tiempos y sucesos y a los linajes de Pero Niño y de Rojas, que era el materno de Doña María de Toledo Rojas, la mujer de Don Diego Colón, hijo del descubridor, que murió en La Puebla de Montalbán (Toledo), la patria de Don Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, y provincia en la que aparecía el manuscrito arábigo de la historia de Don Quijote.
"¿Nació Colón en el Valle de Buelna?" se merece un libro mejor y tengo que hacerlo, y sin necesidad de que tenga más de 100 páginas, pero aprovechadas de otra manera, porque la verdad es que no me senté nunca a escribir un libro titulado así y la investagación lo merece.
Cuando veo las figuras yacentes de Gutierre Díaz de Zevallos y su esposa María Ochoa de Ceballos (hija de Lope García de Obregón y Teresa López de Velasco y nieta por línea materna de una Ceballos de la que tomó su nombre) que hizo el maestro Portillo en 1474 en la iglesia de San Felices de Buelna, aunque ellos murieron algo después de esa fecha, y veo en la heráldica de este pueblo a los Campuzano-Ceballos Guerra-Quijano, no puedo dejar de recordar al narrador del "Coloquio de los perros" (el alférez Campuzano) y que el nombre de este pueblo de San Felices viene de Félix como el del Felixmarte de Hircania que salió entre los libros y papeles del hermano de Colón, y me digo: "si nació en Buelna, tuvo que ser aquí". Decía Quevedo, el ilustre escritor Don Francisco de Quevedo Villegas, que la casa Ceballos de San Felices de Buelna era de las más antiguas y nobles de este linaje, pero, aunque no lo hubiese dicho, las famosas Estelas gigantes de Buelna lo certifican, pues son prerromanas y conocidas como "Rueda de los Ceballos" y el monasterio de Buelna de "San Juan de Ceballos" era ya viejo cuando los condes de Castilla fundaron la iglesia de Covarrubias (Burgos) en el siglo X. Y como hasta los libros malos tienen alguna cosa buena, lo bueno de este desastroso libro mío es que hace una pregunta que no se había hecho nunca y que se hace con cierta justificación a la vista de lo que leemos en la literatura del llamado Siglo de Oro.

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