Y también habrá que decirle que le hacían esa fotografía, días antes de cumplir dos meses de edad, cuando era el último chozno de Francisco Díaz Quijano González Castillo, que dijo que EL QUIJOTE era un libro críptico y murió en Somahoz de Buelna el 1 de julio de 1907. El neurólogo David Ezpeleta Echavarri dice que es un libro poliédrico y que quien escriba y lea sobre EL QUIJOTE debe tener muy en cuenta aquello que magistralmente expresó el Profesor Laín Entralgo: "Y comprendo elementalmente la siginificación del Quijote, cuando de modo documentado y razonable sé responder a las tres cuestiones siguientes: Qué se propuso CERVANTES al escribirlo; cómo ha sido interpretado a lo largo del tiempo; cómo lo interpreto yo, si a ello me pongo y soy capaz de salir discretamente del trance". A propósito del grabado de Gustavo Doré en el que Don Quijote cae de Rocinante derribado por el aspa de un molino, dice Ezpeleta que "las malas lenguas afirman que la mayoría de la gente sólo se acuerda de este episodio porque aparece muy pronto en la obra (en el capítulo VIII), dando a entender que es por aquí cuando se abandona su lectura".
26 feb 2011
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